jueves, 4 de agosto de 2011

El nacimiento de Gardrec


Sinopsis: A veces los cuentos son peligrosos.
Número de palabras: 308
Clasificación:
GéneroFantasía
Comentario: Un personaje maldice, ¿eso es suficiente para subirle la clasificación a B?
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Era una tarde fría en la ciudad de Fergan que resplandecía bajo la luna amarillenta y redonda. Gil estaba tecleando ferozmente, ignorando los golpes en su puerta; las luces estaban apagadas y lo único que iluminaba sus delgaduchas manos sobre el teclado era la luz de los cinco monitores acomodados alrededor de sí en su minúsculo estudio.
Pasaron unos dos minutos, con los golpes resonando una y otra vez; cuando finalmente, Nadia entró al cuarto desesperada, dejando la puerta chamuscada detras de sí.
- ¡Maldita sea hombre, ¿qué no escuchas?! – dijo mientras lo empujaba sobre su asiento, para llamar su atención.
Gil se volteó a mirarla un poco confundido y con los ojos ligeramente entrecerrados, sus manos todavía no dejaban de teclear, pero lo hacían cada vez con más lentitud. Nadia pudo notar como sus dedos se detenían conforme iba escribiendo las palabras “y fue así que nació el dragón llamado Gardrec.”
Pasaron unos segundos eternos, pero finalmente, los ojos de Gil fueron notando la oscuridad, se fueron abriendo lentamente y se fue enderezando sobre su asiento. Finalmente, sus mejillas recuperaron su color y vio con un gesto de confusión el cuarto. Miró el monitor, luego a Nadia y de nuevo al monitor. Quitó las manos del teclado y de nuevo miró a Nadia con un poco de miedo, aunque el sentimiento más exacto, era la culpa.
Entonces lo notó, Nadia tenía su ropa hecha gironés, tenía hollín por todas partes, junto con quemaduras y arañazos que ningún animal común podía producir. Del pasillo de la casa, los gritos y ruidos de sus amigos enfrentándose a alguna clase de bestia invadían el cuarto de Gil y la luz de una llamarada intensa entraba por la puerta chamuscada. Gil miró nervioso a Nadia mientras tragaba un poco de saliva y dijo:
- Lo siento, he escrito otro cuento, ¿verdad?