Sinopsis: La historia de un gatito extraño.
Número de palabras: 572
Clasificación: A
Género: Cuento, infantil
Comentario: No tengo mucho que decir sobre este... pero creo que es un buen cuento para antes de dormir ;)
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Había
una vez, en casa de una viejecita amable y cariñosa, una familia de gatos.
Todos eran gatos extremadamente felices, juguetones y traviesos. Unos naranjas,
con rallas, otros grises y peludos, otros negros y misteriosos. Pasaban la
tarde haciéndole compañía a la viejecita, y a donde fuera que fuese ellos iban
con ella.
La viejecita disfrutaba muchísimo de
ir a tejer a distintos lugares con distintos paisajes, disfrutar del aire
fresco y hacer nuevas prendas para sus nietos, algunas para sus gatos, y otras
tantas para decorar su acogedora casa.
Todos los gatos eran muy felices,
todos excepto por uno.
El pobrecito gatito era un gato muy
extraño. Mientras que todos se iban a esconder el día de baño, él se quedaba
afuera, contento, esperando con ansias el agua. Mientras que todos se quedaban
dentro los días de lluvia a un lado de la chimenea, él salía a jugar toda la
tarde, salpicando en los charcos. No es de extrañarse que los demás gatos
pensaran que él era un loco de remate y siempre le decían que su loco sueño de
nadar nunca se iba a cumplir.
Cuando la viejecita les servía su
comida, todos los gatos lo empujaban y hacían que fuese el último en comer.
Cuando la viejecita se sentaba a tejer en el jardín, todos corrían para
sentarse en su regazo, y rara vez le tocaba a él la oportunidad de hacerlo.
Pero claro, la viejecita siempre
encontraba momentos para hacerlo sentir querido.
Así era su vida, hasta un día en que
la viejecita había salido a tejer al parque. Sentada en una banca a la orilla
del río y con todos sus gatitos a sus pies, se encontraba muy contenta haciendo
una bufanda para su nieta. El gatito loco en lo mientras estaba viendo
fijamente el agua, contento de estar tan cerca de ella. Cuando de pronto, de la
nada una fuertísima ráfaga de viento los sacudió a todos… y la bola de estambre
de la viejecita salió volando hasta la corriente. Ella trató de perseguirla y
de agarrarla, pero no pudo, todos los gatitos empezaron a maullar y trataron de
atraparla antes de que cayera en el agua, pero nadie pudo sostener la bola de
estambre.
Y entonces el gatito se lanzó al
agua.
Todos los demás gatos maullaron,
asustados por él. El agua se lo llevó con fuerza y apenas y podía mantenerse a
flote. Lo único que podía pensar era que los otros gatos tenían razón, y que él
nunca iba a poder nadar. El agua lo estaba hundiendo… cuando de pronto, pudo
abrir los ojos. Estaba rodeado por unos… peces extremadamente peculiares. Lo
veían preocupados, y le daban empujoncitos para no dejar que su hundiera. Sus
rostros tenían unos bigotes igual de largos que los suyos y ojos igual de
afilados que los suyos.
En lo mientras, los otros gatitos y
la viejecita habían seguido la corriente del río por la orilla, asustados por
él. Cuando de pronto, los sorprendió la vista del gatito, nadando contento, de
un lado al otro del río con un montón de peces bigotudos. Cuando el gatito vio
a la viejecita, corrió nadando hasta ella, con la bola de estambre en su hocico.
Salió del agua para dársela, y la viejecita no pudo hacer otra cosa que
abrazarlo, y los otros gatitos se acercaron a frotar sus frentes contra él,
contentos de verlo a salvo.
Y siguieron viviendo felices.
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